Camino de Santiago a Fisterra-Muxía

Muchos son los peregrinos que cada año buscan culminar su camino más allá de la pétrea y sagrada Catedral, más allá de las imponentes torres y laberínticas calles de Santiago de Compostela. Sus últimos pasos se dirigen hacia el “Finis Terrae”, hacia los más históricos confines de la tierra para sentir la brisa fresca del Atlántico y encontrar en sus dorados horizontes un final físico que les permita detenerse, descansar y meditar, antes de empezar un nuevo camino. Es el Camino de Finisterre, el único itinerario jacobeo que no tiene como meta la Plaza del Obradoiro ni la granítica y monumental Catedral de Santiago de Compostela. Es el camino que conduce a las tierras más occidentales de la Europa continental.

En este Camino, de origen pagano y milenario, el peregrino tendrá que adentrarse inicialmente por los términos municipales de Ames, Negreira, Mazaricos y Dumbría, antes de decidir si caminar hacia Finisterre, o bien seguir el ramal que conduce a Muxía. Sea cual sea el itinerario escogido, ambos destinos están unidos por un fascinante trecho del Camino que discurre entre bosques de coníferas a escasos metros del mar.

Faro de Finisterre

Santiago de Compostela – Negreira (21 km)

Casetas del Pazo do Cotón

El peregrino tendrá como punto de partida la Plaza del Obradoiro para emprender su marcha hacia el ocaso, hacia el fin de la tierra. De espaldas a la catedral, iniciará su marcha por la Rúa das Hortas, a los pies del Hostal dos Reis Católicos y del Pazo de Raxoi, y proseguirá hacia la Carballeira de San Lourenzo. Desde allí descenderá hasta A Ponte Sarela, donde cruzará el río y se internará por un estrecho sendero en el bosque. Después de dejar atrás las parroquias santiaguesas de Figueiras y Villestro, alternando tramos de bosque y carretera, llegará hasta el Alto do Vento para luego adentrarse en el Ayuntamiento de Ames. A partir del pequeño puente de Augapesada, el peregrino emprenderá un corto pero acusado ascenso que le llevará hasta el Alto de Mar de Ovellas, esfuerzo que se verá seguidamente reconfortado con el posterior descenso hasta A Ponte Maceira, un pequeño e histórico paraíso a orillas del curso del Río Tambre. Tras cruzar por su imponente y legendario puente, construido a finales del siglo XIV, el caminante se internará de lleno en el verdor y la paz del Ayuntamiento de Negreira. Sólo le restarán cuatro kilómetros, en los que dejará atrás los pequeños núcleos de A Barca, A Chancela y Logrosa, para llegar hasta el centro de la villa donde le espera la Capilla de San Mauro, el portentoso Pazo de Cotón y un más que merecido descanso.

En el Café Bar Imperial, a escasos metros del trazado del Camino de Fisterra y del histórico Pazo de Cotón, llevamos más de 30 años dando la bienvenida a Negreira a peregrinos llegados desde todas las partes del mundo y nos esforzamos cada día en hacerlos sentirse como en casa. En nuestro restaurante elaboramos una cocina cercana, tradicional y honesta con productos de temporada y proximidad. Disponemos de menú del día y variedad de tapas, raciones y bocadillos.

Negreira – Olveiroa (33 km)

Hórreo

En esta etapa, el peregrino iniciará su andadura bajo la almenada sombra del arco del Pazo de Cotón, siguiendo el antiguo Camino Real y dejando tras de sí la Iglesia de San Mauro y el núcleo urbano de Negreira. Después de cruzar el lecho del Barcala, río que da nombre a esta verde y fértil comarca, tendrá por delante un largo camino por entornos puramente rurales y boscosos que se suceden desde la cuenca del Río Tambre hasta la del Xallas. El primer desafío de la jornada, sin abandonar aún el término municipal de Negreira, será el ascenso a Vilaserío. Una vez alcanzado, el peregrino caminará hasta adentrarse en la parroquia de Santa María das Maroñas, dejando tras de sí el Ayuntamiento de Negreira y adentrándose en el de Mazaricos. A partir de aquí sólo tendrá que cruzar el solitario y majestuoso Monte Aro, desde el que se otea una fantástica panorámica del Embalse da Fervenza, para luego atravesar el Río Xallas por la histórica Ponte Olveira y adentrarse en el Ayuntamiento de Dumbría. Poco después encontrará en el horizonte la fascinante aldea de Olveiroa, el lugar perfecto para descansar antes de partir hacia el Finis Terrae, el tan ansiado KM.0, el perfecto e histórico final de todos los caminos que llevan a Compostela, el fin de la tierra del viejo mundo conocido.

Olveiroa – Fisterra (34,9 km)

Finisterre

A lo largo de la historia, el peregrino acostumbraba a poner punto y final a su camino en el imponente y legendario Cabo de Finisterre, el KM. 0 del Camino de Santiago, donde a la luz del ocaso quemaba sus ropas, realizaba ritos de purificación y se dejaba admirar por la inmensidad del Atlántico, por la delgada línea de un horizonte donde el sol era devorado por el mar. Hoy día, con la integración de Muxía en el trazado del Camino, el peregrino tendrá que decidir en esta etapa qué rumbo seguir inicialmente, si bien caminar hacia Finisterre, o por el contrario hacerlo hacia Muxía, pero esto no supone un problema ya que existe un fascinante y muy recomendable itinerario que une ambos destinos sin la necesidad de regresar a Olveiroa.
Quizá lo más recomendable sea internarse en el camino clásico hacia Finisterre, y una vez allí, optar por seguir caminando hacia Muxía.

Poco después de abandonar Olveiroa, el peregrino iniciará un suave ascenso acompañando el sinuoso curso del Río Xallas camino de la aldea de Hospital, donde encontrará la bifurcación para seguir hacia Muxía. Seguidamente se internará en un amplio sendero forestal que lo llevará hasta las ermitas da Nosa Señora das Neves y San Pedro Mártir, antes de llegar al municipio de Cee y divisar en el horizonte la monumental silueta del Cabo de Finisterre sobre el Atlántico. Una vez recorridos los núcleos urbanos de Cee y Corcubión, el peregrino tendrá que ascender a San Roque para seguidamente iniciar un reconfortante descenso que lo conducirá hacia los pequeños núcleos de población de Amarela y Estorde. Ya sólo queda penetrar en el pintoresco lugar de Sardiñeiro para internarse de lleno en el Ayuntamiento de Finisterre y volver a contemplar su legendario peñón en el horizonte, desafiando la furia y los continuos azotes del mar. Al llegar al arenal de Langosteira, podrá al fin descalzarse y caminar por la orilla del mar refrescando sus pies cansados hasta el núcleo urbano de Finisterre. Desde allí sólo restan tres kilómetros para llegar al KM. 0, al Fin del Camino, al último trozo de tierra que muere en el Atlántico.

Fisterra - Muxía (29 km)

Capela de Muxía

Una vez llegados hasta el Finis Terrae, hasta el fin del Camino de Santiago, el peregrino tiene la opción de continuar su andadura hasta Muxía en un itinerario de doble sentido en el que el aroma y el sonido del mar están siempre presentes. El primer tramo de este Camino sale del núcleo urbano de Finisterre por el Valle de Duyo. Cuenta la leyenda que en este valle antaño existía una importante ciudad conocida como “Dugium” que fue devorada por el mar, y tal y como se cita en el Códice Calixtino, también fue el lugar al que la Reina Lupa envió a los discípulos de Santiago para solicitar el enterramiento del Apóstol. Luego de dejar atrás este legendario valle, el peregrino llegará hasta el lugar de Lires para seguidamente cruzar el Río Castro por el Puente de Vaosilveiro, inaugurado en el año 2010, y ascender por Morquintián hasta el Facho de Lourido, posiblemente el tramo más duro y agotador de la etapa. Desde allí solo resta descender por el lugar de Xurarantes hasta la Playa de Lourido antes de poner fin a nuestra etapa en Muxía. El Santuario da Nosa Señora da Barca y el Monasterio de San Julián de Moraime son visitas obligadas para todo aquel visitante o peregrino que se acerque a este aventado y atlántico confín.